Me equivoqué, pero ni en pedo voy a aceptarlo.
Iba manejando por el centro del Pueblo Mágico de Metepec, con ánimo de domingo al medio día; ventanas abajo en mi cochecito rojo. Estaba a punto de cruzar un semáforo en verde cuando el tráfico dejó de avanzar de súbito y yo, -por qué no- quedé paradota en las rayas amarillas de los peatones. ¿Te […]