A veces basta con estar…

…aún sin hacer gran cosa. A veces basta con hacerse presente en las relaciones, en la práctica espiritual, en la vida creativa.

El post de hoy va a dedicado a todos los que tienen hijos pequeños y/o carreras profesionales demandantes. El mensaje es sencillo: entiendo lo difícil que puede ser no perderte en las tareas, pero… no abandones tu vida creativa y/o tu práctica espiritual.


Esta vez les entregaré un post rápido, hecho al vapor, como el almuerzo que se mete en la lonchera de un niño, al mismo tiempo que le terminamos de poner el uniforme, le lavamos los dientes y corremos hacia el auto porque se hace tarde para la escuela.

En días recientes tuve el honor de compartir los cuidados de una pequeñita de 4 años a tiempo completo y no hay duda, es una labor titánica. A veces parece que no queda tiempo para nada más. Es por eso que esta semana me vi tentada a no publicar nada, porque no he estudiado nada, casi no he meditado y me siento falta de inspiración y claridad para escribir.

Sin embargo, entregar un artículo cada jueves es un compromiso que me mantiene presente y ligada a mi creatividad, a mi servicio, a mi propósito. Entonces, simplemente voy a decir que:

LA MITAD DEL LOGRO ES SIMPLEMENTE PRESENTARSE.

Siempre les digo a mis alumnos, que la mitad de la práctica es simplemente llegar al tapete de yoga.

A veces basta con dar la cara y decir: aquí estoy, llegando en «safe» a la base. Surgir humilde como una hebra de pasto que atraviesa el pavimento, como una tímida florecita en medio del llano.

Entonces, mi presencia hoy en este blog es para enviarte mis mejores deseos, si eres madre, padre, si tus actividades se sienten demandantes. Que tu vida se llene de inspiración, que la inercia no te absorba, que la rutina no se coma tus aspiraciones creativas o espirituales, que siempre tengas un faro al cual volver.

Esta semana: ¡¡¡¡No hay Tarea!!!! Nos declaro en vacaciones…
winter solstice
psicochamanismo
Paola Abán

Solsticio de Invierno

2019. Solsticio de invierno. Estoy sentada frente al fuego y ante la puerta de un Temazcal en Amatlán de Quetzálcoatl. Tambores y cantos, cantos Lakota. Y el fuego… de colores…

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