“Cuando todo se derrumba y estamos al borde de no se sabe qué, la prueba para cada uno de nosotros es permanecer en ese punto y no concretar. El camino espiritual no consiste en tratar de llegar al cielo y acabar accediendo a un lugar magnífico.”
Así empieza un capítulo de “Cuando todo se derrumba”, el libro al que siempre recurro cuando todo parece haberse roto en pedazos, cuando nada parece salir como como deseo, cuando mi ego se encuentra completamente acorralado y ninguna de sus estrategias está funcionando.
Es un libro que tomo y retomo por que a través de él, la monja budista Pema Chodrón me dice cosas como esta:
«Cuando seas una buena amiga de ti misma, tu situación también se volverá más amistosa.»
Es un texto hecho para tiempos difíciles, esos que todos experimentamos inevitablemente y varias veces a lo largo de la vida. Porque, aunque en esos momentos siempre parece que sufrimos más que nadie y que nuestro problema es sumamente peculiar e indescifrable, todos, absolutamente todos los seres humanos pasamos por las mismas dificultades: pérdidas, muertes, decepciones, enfermedad, soledad.
Ella describe estos momentos como pruebas para los guerreros espirituales y dice:
«Sólo en la medida en que nos exponemos a la aniquilación una y otra vez podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible.»
Esta aproximación no es precisamente el valle florido de felicidad eterna en el que pensamos cuando emprendemos el camino espiritual, mismo al que todos accedemos buscando sentirnos mejor. Irónicamente, la madurez espiritual consiste, precisamente, en empezar a comprender que el objetivo último no es ese. De hecho, esta manera de mirar las cosas es lo que nos hace ser desgraciados. Pensar que podemos encontrar placeres duraderos y evitar el dolor es lo que en budismo se llama samsara, un ciclo sin salida que da vueltas y vueltas interminablemente y nos causa un gran sufrimiento.
Si no comprendemos sus propuestas, podríamos pensar que el budismo es pesimista en sus planteamientos, nada más lejos de la realidad, pues como plantea Pema en su libro, los momentos de dificultad son un enorme regalo de la vida, pues nos llevan a mantenernos despiertos, humildes, vulnerables y abiertos y esa, es la verdadera esencia del crecimiento espiritual.
No puedo evitarlo, esta vez incluiré un gran pedazo de su libro, pues no podría expresar de mejor manera que ella lo que esto significa:
«La vida es un buen maestro y un buen amigo. Si tan sólo podemos darnos cuenta de ello, vemos que las cosas están siempre en transición. Nada sucede al gusto de nuestros sueños. El hecho de sentirse fuera de sitio, en un estado de descentramiento, es una situación ideal, una situación en la que ya no permanecemos atrapados y podemos abrir nuestros corazones y mentes más allá de sus anteriores límites. Es un estado muy sensible, no agresivo y de final abierto.
Permanecer en esa agitación —permanecer con el corazón roto, con el estómago revuelto, con el sentimiento de estar desvalido y queriendo venganza—, ésa es la senda del verdadero despertar. Adherirse a esa incertidumbre, pillarle el truco a relajarse en medio del caos, aprender a no tener pánico: ésta es la senda espiritual. Desarrollar la habilidad de pillarnos a nosotros mismos, de pillarnos bondadosa y compasivamente: ésta es la senda del guerrero. Pillarnos una y otra vez, nos guste o no, cada vez que estemos aferrándonos al resentimiento, a la amargura o a la justa indignación, y cada vez que estemos aferrándonos a lo que sea, incluso a la sensación de alivio o al sentimiento de estar inspirados.»
Para los chinos, el mismo ideograma que representa la palabra crisis, tiene también como significado la la palabra «oportunidad». Los momentos difíciles y de desafíos son precisamente los que idealmente nos devuelven la humildad y la compasión, nos recuerdan que todos somos parte de la lucha… decidir que a pesar de las dificultades, no agregaremos más agresión y sufrimiento al mundo, que actuaremos de la manera más honorable y amorosa que podamos, eso, eso es ser un humano de verdad.
La Tarea Terapéutica de esta semana es una invitación a responder a la propuesta de Pema Chordón a volvernos mejores amigos de nosotros mismos. Reflexiona, ¿Cómo podrías volverte un mejor amigo de ti mism@? Escribe de 3 a 10 ideas y… ¡Ponlas en práctica!
Por supuesto, te recomiendo el libro de Pema Chodron: Cuando todo se derrumba. Palabras sabias para momentos difíciles.