Prácticamente todo caminante de un sendero espiritual -lo mismo que una persona que emprende un proceso terapéutico- aspira a la paz.
Me gusta de los budistas, que hablan de votos y aspiraciones, en vez de mandamientos u objetivos. Decir que aspiramos a algo es expresar que nuestro intento de lograrlo será sostenido a lo largo del tiempo y a pesar de las dificultades, que la paz, como cualquier otro aspecto al que aspiremos, es una búsqueda constante y no una meta final. Significa también que cuando las cosas no suceden como deseamos, podemos asumirlo como parte de la experiencia y retomar nuestra intención una y otra vez.
Aspiramos a la paz como un anhelo verdadero y eso nos nutre, de lo que no siempre nos damos cuenta es de que al mismo tiempo, a veces también le tememos al conflicto y al dolor y, con ello, constantemente estamos tratando de evitar esa parte de la vida.
No sé si lo has notado, pero en el mundo de la “espiritualidad” flota una fantasía generalizada de que el conflicto es algo negativo, que debe evitarse a toda costa. Digo fantasía, porque bastará con observar la propia historia para notar que el conflicto es parte de cualquier sistema, eventualmente, de toda relación. Aceptarlo no es promoverlo, sino simplemente ver la vida como es. Y ya que el conflicto es algo que aparece inevitablemente en nuestras vidas, por supuesto que es un deseo válido y compasivo el atravesarlo y resolverlo de la manera más amorosa posible.
Claro, podemos evadirlo y cortar la conexión con el otro a penas se asoma el conflicto, el tema es que, lo sepamos o no, lo notemos o no, a la larga, las consecuencias de nuestros hábitos de desconexión suelen acarrear más sufrimiento que enfrentar lo que sea que esté sucediendo.
Es entonces sabio tener la disposición de comunicarnos y conectar con los otros en esos momentos, especialmente si decimos amarlos. Te comparto entonces:
5 Principios a tomar en cuenta antes de sentarse a resolver un conflicto
1. “LA” verdad no existe: Esto significa que cada persona experimenta un fragmento de la verdad y que la visión que cada uno tenga de la realidad es exactamente igual de válida. Como dice el filósofo Ken Wilber -considerado por varios como el «Einstein» de la conciencia:
1. “LA” verdad no existe: Esto significa que cada persona experimenta un fragmento de la verdad y que la visión que cada uno tenga de la realidad es exactamente igual de válida. Como dice el filósofo Ken Wilber -considerado por varios como el «Einstein» de la conciencia:
«Tengo una gran regla: todo el mundo tiene la razón. Más especícificamente, todo el mundo -incluyéndome a mi- tiene algunas piezas importantes de la verdad y todas esas piezas precisan ser honradas, apreciadas e incluidas en un abrazo más espacioso, amable y compasivo».
2. Hasta que no estoy dispuest@ a otorgarle validez a TU verdad la comunicación no sucede:
Comunicarse significa, precisamente, crear un espacio común, en el que quepa tanto tu verdad como la mía. Si mi objetivo principal es imponerte mi visión y/o rechazar la tuya, simplemente, la comunicación no es tal y yo me estaré perdiendo de la riqueza que tú eres y quitándonos a ambos la posibilidad de crecer en un espacio común.
El propósito de comunicarnos no es estar de acuerdo. Sabré que estoy list@ para comunicarme cuando tengo la intención verdadera de escuchar, de hacer preguntas y de aceptar que probablemente no comprendo la situación en su totalidad.
3. Hay que regularse emocionalmente antes de intentar dialogar: es decir, encontrarse en medio del camino, ni en el caos, ni en la rigidez; ni en el drama, ni en la negligencia.
Generalmente, el conflicto despierta una serie de reacciones emocionales, que hacen que dejemos de ver la realidad como es. Solemos ir a uno de estos dos extremos: exageramos o negamos, nos ponemos caóticos o rígidos, dramáticos o intransigentes. Ninguna interacción augura mucho éxito en estos extremos; es por ello que a veces resulta positivo hacer una pausa y distanciarse hasta regular las propias emociones y luego encontrarse en un momento más favorable.
4. Resolver se trata de construir una nueva historia: Generalmente, a una discusión llegan dos personas, cada una con su propia versión de lo que sucede o sucedió, y generalmente, estas suelen ser y tener percepciones distintas. Resolver un conflicto significa darle coherencia a la experiencia, encontrar una historia que haga sentido, de tal manera que uno pueda volver a experimentar relajación. Es por ello que cuando discutimos con alguien y el tema queda irresuelto, uno permanece haciéndose un diálogo interno, tratando de explicarse una y otra vez qué fue lo que sucedió. Estamos buscando construir nuestra propia versión y darle un sentido a nuestra experiencia a través de narrárnosla a nosotros mismos o a otros. El tema es que dicha narración suele tener la tendencia a favorecerme a mí. Es obvio, si me siento amenazad@, voy a intentar protegerme de alguna manera, esto es válido, pero no necesariamente corresponde a una visión completa y útil de la realidad.
5. Esta historia tiene que ser benevolente: Mientras no aprendamos a construir historias que sean compasivas con todas las partes involucradas, la paz seguirá escaseando. Mientras sigamos viendo el mundo bajo la percepción dual de que unas personas son buenas y otras malas, de que unas se equivocan y otras aciertan, la paz seguirá estando lejos de convertirse en una experiencia real. En cada conflicto, desafíate a encontrar una versión que sea amorosa tanto hacia ti, como hacia los otros. Esa es, precisamente…
La Tarea Terapéutica de esta semana:
Identifica un suceso en el que te sientas en conflicto con alguna persona. Ahora, escribe una versión de lo sucedido que sea compasiva con todos los involucrados. Por supuesto, no se trata de fantasear, el ejercicio es encontrar una historia que realmente puedas integrar como verdadera.
Identifica un suceso en el que te sientas en conflicto con alguna persona. Ahora, escribe una versión de lo sucedido que sea compasiva con todos los involucrados. Por supuesto, no se trata de fantasear, el ejercicio es encontrar una historia que realmente puedas integrar como verdadera.