Les contaba la semana pasada de John Gottman, el psicoterapeuta que puede predecir con un 94% de rango de acierto y en tan sólo 4 minutos si una pareja va a divorciarse. Para ello, observa la presencia de ciertos comportamientos que reconoce como nocivos y ha identificado 4 estilos de comunicación que predicen el fin de una relación. Usando la metáfora bíblica, les ha llamado los 4 jinetes del Apocalipsis y son:
1. La Crítica: Se refiere a criticar directamente lo que la persona es. Siempre es válido señalar que un comportamiento de la otra persona tuvo un impacto negativo sobre nosotros, pero esto es muy distinto a calificar y atacar directamente lo que la persona es. Pongo un ejemplo:
-Saludable: «Ayer cuando se hizo tarde y no me llamaste me asusté. Creí que habíamos acordado que si alguno iba a llegar más tarde de lo normal nos llamaríamos.»
-Crítica: «Tú nunca te fijas en cómo tu comportamiento afecta a otras personas. La verdad no creo que se te haya olvidado, creo que más bien eres un egoísta…»
Si tu pareja y tú tienen una tendencia a la crítica, no quiere decir que el matrimonio está desahuciado, el problema es que cuando la crítica es penetrante y constante hace que la otra persona se sienta herida, atacada o rechazada y eso le predispone a atacar también y así ir escalando la frecuencia y la intensidad de los ataques, conduciendo la dinámica al segundo comportamiento que sí es sumamente tóxico, me refiero a…
2. El Menosprecio: Cuando nos comunicamos de esta forma estamos siendo realmente malvados y tratando a otros con una gran falta de respeto, abarca las burlas, el sarcasmo, la ridiculización, imitar al otro de manera burlona, gestos como voltear los ojos hacia arriba, etc… Lo reconozcamos o no, todas estas conductas buscan mostrar menosprecio y hacer sentir al otro poco valioso.
Un ejemplo, ella dice: «¿Estás cansado? ¡Por Dios, si la que se la pasa todo el día cuidando niños soy yo, mientras que tú llegas a ponerte las pillama y sentarte como un zombie frente a la televisión o perder el tiempo con tus tontos juegos de vídeo. Deberías ser más empático.»
Menospreciar abarca todas las veces en que uno ejerce una queja o crítica desde un lugar de superioridad, según Gottman, estos ataques están relacionados con la cantidad de enfermedades infecciosas, como gripas, que padece la persona que lo recibe, pues afectan claramente al sistema inmune. Este comportamiento debe ser eliminado por completo, ya que es el mayor indicador de una próxima separación.
3. Defensividad: El tercer comportamiento está presente en casi todas las relaciones cuando atraviesan el conflicto, surge generalmente cuando nos sentimos acusados injustificadamente, el deseo detrás es que la pareja retire las acusaciones, pero generalmente no funciona y más bien hace pensar a la otra persona que no le tomamos en serio. Por ejemplo:
Ella: ¿Le llamaste a tu hermana para decirle que no iremos hoy a cenar con ellos como habías quedado?
Él: Estuve ocupadísimo, tú sabes que no tengo tiempo ni de respirar, ¿por qué no le llamaste tú?
Esta es una respuesta defensiva, en la que además él está culpándola a ella. Algo más adecuado hubiera sido simplemente aceptar el error y tratar de reparar, diciendo algo como:
Él: Uy… me olvidé. Debí haberte pedido esta mañana que tú les llamarás porque sabía que iba a estar ocupadísimo. Ahora mismo les llamo.
Al defendernos, normalmente estamos tratando de evitar el conflicto, la paradoja es que nunca sucede, pues la otra persona siente que no le estamos tomando en serio.
4. Bloqueo: Así le llamamos cuando la persona que está escuchando se retira de la interacción, cuando se cierra y deja de responder a la otra persona. Aquí entra cualquier forma de evasión de la comunicación, desde callarse por completo en una discusión, hasta retirarse, mostrarse demasiado ocupado, o entrar en conductas obsesivas. Este comportamiento es una forma de abandono de la situación, de ahí que resulte tan molesto o frustrante para quien trata de comunicarse.
Es importante empezar a identificar estos 4 estilos de comunicación en las situaciones de discusión que atravesamos en la vida cotidiana, no sólo en las relaciones de pareja sino en cualquiera. Esa es precisamente la Tarea Terapéutica de esta semana; observar y reconocer en cuáles de estos comportamientos solemos caer; sin embargo, para sanar una relación, no es necesario sólo eliminar estas conductas sino remplazarlas por otras más saludables y nutritivas, como otorgar reconocimiento, apreciación y actuar verdaderamente interesados en las necesidades del otro.