Hace unas semanas me topé con una joya, un pequeño librito llamado “Querida Ijeawele – un manifiesto feminista en 15 sugerencias”. Se trata de una carta que la activista Chimamanda Ngozi Adichie, escribe cuando una amiga de su infancia se embaraza de una niña y le pide A Chimananda que le aconseje cómo hablarle a su hija sobre feminismo.
Este tema es uno sobre el cual hay que educarse, pues del “feminismo” sean creado terribles estereotipos que no nos representan a todas la mujeres y que, desafortunadamente, nos hacen distraernos de la agenda de un movimiento que debería interesarnos, francamente, a todos los seres humanos.
Este manifiesto está escrito en un lenguaje sencillo, práctico y amoroso y, porque como muchos materiales fabulosos, aún no cuenta con una traducción al español, me encargaré de compartirles un resumen de los puntos que presenta:
Empieza explicando que el feminismo se basa en una premisa que cada mujer debe tener muy clara: “yo importo”, no si… no cuando… “yo importo”. Punto. Después su primer consejo es:
- Sé una persona completa: No te definas a ti misma solamente por la maternidad. Tus hijos se beneficiarán de ello. Jamás te disculpes por trabajar. Amas lo que haces y eso es un regalo para tu descendencia. Ya que la gente usa la tradición para justificar lo que sea, todos tendrán una opinión acerca de lo que debes hacer, lo que importa es lo que tú realmente deseas. Por favor olvida la idea de que la maternidad y el trabajo son mutuamente excluyentes.
2. Háganlo juntos, tú y tu pareja: ser padre lleva un verbo igual que ser madre. Él no hará las cosas como tú, las hará a su modo; pero por favor rechaza la idea de que te está “ayudando”, el simplemente está haciendo lo que le corresponde, cualquier hija se verá beneficiado con la presencia activa de un padre.
3. Enséñale que la idea de los “roles de género” es un absoluto sin-sentido: Jamás le digas que tiene que hacer algo “porque es una niña”. El mundo tiende a querer definir qué y como debe ser una niña un niño. Esto es condicionamiento.
4. Ten mucho cuidado con el “Feminismo Light”: eres o no eres feminista, no hay términos medios. Crees o no crees que las mujeres merecen igualdad. Esto abarca sacar de tu vida frases como “pedir permiso”. Pedir permiso es un asunto de poder y dominio, esta idea no debería jamás ser parte de un matrimonio.
5. Enséñale a amar los libros: desde pequeña, los libros le ayudarán a entender y cuestionar el mundo, a saber que puede expresarse y convertirse en lo que sea que ella decida.
6. Enséñale a cuestionar el lenguaje: palabras como “princesa” llevan ciertas implicaciones, por qué no mejor usar “ángel” o “estrella”, decide qué palabras no le dirás jamás a tu hija.
Enséñale que si su profesora critica X cosa en una mujer, pero no critica X cosa en un hombre, entonces su profesora no tiene un problema con X, tiene un problema con las mujeres.
7. Nunca, nunca le hables del matrimonio como un logro: un matrimonio puede ser feliz o infeliz, pero nunca un logro. Condicionamos a las niñas a aspirar al matrimonio, pero no hacemos lo mismo con los niños. Así que cuando crezca, ella se casará con alguien a quien el matrimonio no le importa y esto de entrada la pondrá en desventaja. Ni el matrimonio, ni la maternidad valen más que cualquier cosa que ella decida para su vida.
(continuará)